miércoles, 7 de mayo de 2014


TAREA PARA EL MARTES 13 DE MAYO


LENGUA


APRENDIENDO CON MIGUEL HERNÁNDEZ *



CON DOS AÑOS





Con dos años, dos flores
cumples ahora.
Dos alondras llenando
toda tu aurora.
Niño radiante:
va mi sangre contigo
siempre adelante.

Sangre mía, adelante,
no retrocedas.
La luz rueda en el mundo,
mientras tú ruedas.
Todo se mueve,
universo de un cuerpo
dorado y leve.

Herramienta es tu risa,
luz que la proclama
la victoria del trigo
sobre la grama.
Ríe. Contigo
venceré siempre al tiempo
que es mi enemigo.

(Miguel Hernández)


NANAS DE LA CEBOLLA


Solo cebolla tenía para alimentar a su hijo. Así se lo contó  Josefina Manresa a su marido, Miguel Hernández, cuando lo visitó en la cárcel. Él dotado de la única arma que poseía (lápiz y papel) escribió: Nanas de la cebolla.  Al poeta más comprometido de la historia, le afectó mucho, ver al pueblo sufrir, ver a su familia destruida.



La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.


En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre,

escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.



Una mujer morena,

resuelta en luna,

se derrama hilo a hilo

sobre la cuna.

Ríete, niño,

que te tragas la luna
cuando es preciso.



Alondra de mi casa,

ríete mucho.

Es tu risa en los ojos

la luz del mundo.

Ríete tanto

que en el alma al oírte,
bata el espacio.



Tu risa me hace libre,

me pone alas.

Soledades me quita,

cárcel me arranca.

Boca que vuela,

corazón que en tus labios
relampaguea.



Es tu risa la espada

más victoriosa.

Vencedor de las flores

y las alondras.

Rival del sol.

Porvenir de mis huesos
y de mi amor.



La carne aleteante,

súbito el párpado,

el vivir como nunca

coloreado.

¡Cuánto jilguero

se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!



Desperté de ser niño.

Nunca despiertes.

Triste llevo la boca.

Ríete siempre.

Siempre en la cuna,

defendiendo la risa
pluma por pluma.



Ser de vuelo tan alto,

tan extendido,

que tu carne parece

cielo cernido.

¡Si yo pudiera

remontarme al origen
de tu carrera!



Al octavo mes ríes

con cinco azahares.

Con cinco diminutas

ferocidades.

Con cinco dientes

como cinco jazmines
adolescentes.



Frontera de los besos

serán mañana,

cuando en la dentadura

sientas un arma.

Sientas un fuego

correr dientes abajo
buscando el centro.



Vuela niño en la doble

luna del pecho.

Él, triste de cebolla.

Tú, satisfecho.

No te derrumbes.

No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Ver métrica de este poema



Literatura . Los recursos estilísticos



Actividades pág. 189--> 1C,3L,4C,5C,6C,7C

Estudiar tiempos verbales de la 1ª y 2ª conjugación. Examen

CONOCIMIENTO DEL MEDIO

EDAD  DE LOS METALES

Cuestiones pág. 177-->1C,2C,3C,4C.



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